LA FALSA MONEDA
Dos empleados de banca, discutían acerca de la legitimidad de una moneda.
Si era falsa, era realmente una imitación perfecta y seguro que pasó por buena en muchas transacciones.
Comparando con otras monedas del mismo valor las dos resultaban iguales. El mismo color y tamaño, el mimo dibujo, la misma efigie, todo idéntico.
Al fin, resolvieron hacer una prueba final: el fuego. Calentaron al rojo las tenazas de una estufa en la chimenea y luego colocaron sobre ellas la moneda en cuestión… Al instante comenzó a derretirse como manteca. Sujetaron después la legítima a la prueba y nada sufrió, quedó igual que como estaba.
El fuego del juicio de Dios revelará si nuestro cristianismo es legítimo o falso.
Podemos parecer muy religiosos a los hombres. Podemos parecer verdaderos creyentes. Podemos engañar a todo el mundo y hasta a nosotros mismos. Pero ¡No podemos engañar a Dios!
Joaquín Pujol

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