METE LA ESPADA EN LA VAINA

Cuando Cristo fue preso en Getsemaní “Pedro sacó su espada, e hiriendo a un siervo del pontífice, le cortó la oreja”, entonces Jesús le dice “Vuelve tu espada a su lugar; porque todos los que tomaren espada, a espada perecerán”

Poco tiempo después, cuando Cristo estaba delante de Pilato, dijo “Mi reino no es de este mundo; si de este mundo fuera mi reino, mis servidores pelearían para que no fuera entregado a los judíos; ahora pues, mi reino no es de aquí.”

¿No es pues de extrañar que la Iglesia, que pretende ser la única y verdadera representante de Cristo, se haya puesto en oposición a las enseñanzas tan importantes de él, desobedeciendo así la instrucción dada a Pedro?

En la biografía de Miguel Ángel se cuenta que él recibió orden del papa Julio II de hacer su estatua, y el escultor procedió a cumplir la orden, y pensó poner un libro en las manos de la estatua, y pidió permiso para hacerlo, más el papa le dijo: -De ninguna manera, hay que poner en las manos una espada, porque se cómo usarla mejor que un libro” Así que el escultor cumplió con sus órdenes.

En el acto de la consagración de cada Papa está puesta una espada sobre el altar, que se llama “La espada de Pedro” y el Papa presta juramento de usarla en la defensa de la Iglesia. Y así lo han cumplido durante varios siglos.

Vemos, desde luego, que esa conducta es enteramente contraria a las órdenes que Cristo mismo dio a Pedro. En toda la historia de Pedro y en la vida del resto de los apóstoles, no tenemos ninguna noticia de que ellos hayan desobedecido las instrucciones de Cristo sobre este asunto. Es claro pues que los Papas que falsamente pretenden ser los sucesores de Pedro, no cumplen con las enseñanzas de Cristo ni con el ejemplo de Pedro.

Joaquín Pujol