QUE SENCILLO
Dos aldeanos e Birmania estaban hablando acerca de la locomotora. Para uno de ellos era un misterio saber cómo funcionaba pero el otro que se las daba de sabio y entendido le dijo:
Es la cosa más sencilla del mundo, Ya sabes que los ingleses son gente de otra raza distinta a la nuestra. En las montañas del país de donde vienen hay unos espíritus de mucha fuerza, llamados los Buts. Esos ingleses, como son tan listos, cogen a los espíritus, los domestican y los hacen trabajar en sus máquinas; Por eso andan esas máquinas. Atan a los espíritus dentro de las máquinas y ponen fuego. Cuando el fuego está detrás, los espíritus van hacia delante. Cuando ponen el fuego delante, los espíritus van para atrás. Cuando llega el final del viaje, quitan el fuego y los pobres espíritus se ponen muy contentos porque ya pueden descansar. Así es como funciona esa máquina.
Oh, contesto su amigo; Ahora lo comprendo. Así está claro. Pero el otro día un misionero pasó por nuestra aldea y yo le pregunte acerca del tren. Y me hablo no sé qué del vapor que sale de una caldera cuando se hierve el agua. Yo no comprendía, ni creí una palabra de lo que me dijo. Pero lo que tú dices está claro. Ahora lo comprendo. ¡Es muy sencillo!
Apreciado lector. Quizás la sonrisa llego a tus labios al leer esta historia. Algo parecido pasa cuando quieres compartir el amo de Dios con otras personas y es tan sencillo que no quieren entender pero, en cambio, cualquier otra filosofía o idea les puede parecer más correcta.
Qué triste es ver como el maligno trata de turbar las mentes y los corazones de las personas, con lo fácil que es entender lo que leemos en Juan 8:36 “Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres”
Joaquín Pujol
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