UN ATEO APURADO
Un día Isaac Newton esperaba la visita de un amigo suyo que hacia profesión abierta de su ateísmo. Colocó un magnifico globo terráqueo en su despacho en un lugar muy visible, donde no podía pasar desapercibido para llamar la atención así de su amigo. Este, en efecto, quedó admirado y al poco tiempo de estar mirándolo, le pregunto:
Isaac, ¿Quién hizo este maravilloso globo?
Nadie, contestó el gran filósofo, dirigiendo una mirada significativa al que negaba la existencia del gran Creador.
El amigo ateo de Isaac, entendió el alcance y la fuerza del argumento, y juzgó que sería más prudente callar.
Joaquín Pujol
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